martes, 19 de octubre de 2021

Una historia sobre los orígenes del Sanro

Perdido en Internet, encuentro lo siguiente, sobre la historia de nuestro colegio...

El padre Román Heitman, ya estaba en el Bajo Belgrano, ya había fundado el Colegio D'Alzón, corría la década del 30 y se apresta a fundar la Academia San Martín, que fuera esa escuela nocturna que todas las tarde/noches se dictaba en el colegio.

En efecto, en los primeros años de la Parroquia de las Mercedes, el P. Francisco de Paula Blachère había dado impulso a la Academia San Martín, una  escuela  nocturna  para  adultos,  cuyo  objetivo era  el  de  acercar  a  estas personas a la Iglesia y ofrecerles esa educación que las circunstancias de la vida les habían negado. Los alumnos, en su mayoría peones de las caballerizas vecinas, muchas veces se peleaban entre ellos, hasta el punto de tener que darse intervención a la policía. Sin embargo, gracias a la obra educativa y  de  cristianización  del  ambiente,  las  cosas  fueron  cambiando,  se  pudo quitar de la oficina de la dirección el letrerito que decía “sea educado, sáquese el sombrero”, los más reacios aprendían a rezar y perdían el respeto humano si entraban a la iglesia. 

La escuela era gratuita pero contaba con el apoyo de personas e instituciones  que  le  ayudaban  a  sostenerse.  Por  otra  parte,  una  vez  terminadas las clases del día, los mismos alumnos hacían la limpieza de las aulas. Entre los colaboradores de aquellos años, jóvenes de 15 a 17 años, se encontraban algunos que más tarde se distinguieron en el desempeño de sus profesiones.(56)

A los pocos años comenzaron a funcionar cursos de inglés, contabi-lidad, álgebra, dactilografía, taquigrafía, etc., que en 1955 dieron origen a la Academia Comercial San Román, siendo Párroco el P. Gabriel Kearney.A la señorita Méndez Anzola la acompañaron o siguieron -según los casos-otros  destacados  educadores,  como  el  señor  Avelino  Río,  el  señor Tristán  Baena,  el  doctor  Alberto  Perdomo,  los  profesores  César  Cagliolo, Luis Colombo, Amador Ulloa y muchos otros que sería justo mencionar en la  historia  de  los  primeros  tiempos.  Mucho  del  personal  docente,  que  se evocaen  esta  historia  mencionando al menos algunos nombres, trabajó no pocas veces ad honorem, porque, si bien conocía la pobreza de sus alumnos y  de  los  religiosos  mismos,  comprendía  sobre  todo  la  trascendencia  que tiene  la  educación  en  general  y  la  educacióncristiana  en  especial,  para  la formación del hombre de bien y del cristiano


Estos párrafos tienen una la cita (56), en la que se indica especialmente a dos personas que se destacarán: Dr. Alberto Perdomo y al Dr. Carlos S. Fayt, más tarde miembro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Dato que desconocía...


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